Se encontraban trabajando los tres carpinteros, Luis, Ricardo y Víctor, en su oficina de carpintería, la que tenían adornada cada uno en su rincón de trabajo en la manera que a cada uno le gustaba.
Luis el mayor, a su alrededor, tenia viejos carteles de marcas de herramientas famosas, las que eran caras, nunca Luis había tenido una de ellas, eran un sueño para el y mientras trabajaba las miraba imaginando como seria trabajar con ellas, embelesado trabajaba y trabajaba queriendo poder seguir trabajando para siempre pero en algún momento con sus herramientas nuevas, modernas y resplandecientes. Luis a veces recordaba mientras trabajaba, cuando era mas joven y trabajaba menos pero con herramientas mas viejas, aunque tampoco en ese tiempo disfrutaba trabajar, ansiaba poder tener muchas cosas que sabia no estaban a su alcance, lo que no sabia era que no las necesitaba.
Ricardo mas joven que Luis, había adornado su rincón con algunos carteles que Luis le había cedido, esperando que se impregnara de sus intereses y que los compartiera con el, también tenia colgadas algunas replicas de obras maestras de pintores famosos, no eran muy grandes pero sin duda alcanzaban para ser admiradas por Ricardo, que aunque a veces no entendía bien que era lo que los artistas querían comunicar, esto mismo le intrigaba y le atraía de ellas; tenia además algunos planos, hechos por el mismo, ideados por el de cosas que había imaginado y que esperaba poder materializar alguna vez, cuando el tiempo le alcanzara, entre todo el trabajo que tenia de carpintería y algún pololito que hacia de vez en cuando, en casos que le interesaban mas.
Víctor evidentemente menor que Luis y Ricardo, tenia adornado con recortes de diferentes cosas que el mismo había recortado de revistas que a el le interesaban, tenia una replica de Van Vogh que Ricardo le había dado, esta le atraía mucho y a la que ya le había extraído todo lo que podía, pensaba que había descubierto lo que el artista había querido comunicar, esto para el lo hacia diferente de los demás. Lo mas importante para él, estaba al lado de la ventana, donde contemplaba el paisaje afuera.
Víctor los ayudaba en lo que podía, no era diestro como sus compañeros, mucho menos experimentado y además menos interesado en el trabajo.
Un día por la tarde cuando se encontraban todos ocupados haciendo cada uno lo suyo, uno de ellos dijo a los demás, tengo un pitito, a lo que respondieron con exclamaciones efusivas de aprobación, las que no viene al caso comentar. Seguido vino la necesaria ignición que dio paso a un rato de simpáticas bromas y comentarios graciosos que los mantuvieron a carcajadas durante buen rato, luego siguieron cada uno en lo suyo pero ciertamente más concentrados y más pensativos respecto a lo que hacían, fue así como después de casi una hora de estar callados se dieron las siguientes situaciones:
Luis le dijo a Ricardo de que como nunca antes se había percatado, de que hace mucho tiempo que estaba ciego por las cosas que hacia y que no dejaban que pensara si quiera en lo que el realmente quería y esto le había consumido toda su vida y que creía que Ricardo aun tenia tiempo para cambiar, respecto a sus errores, que tal vez Ricardo hubiera compartido.
Ricardo después de escuchar esto dijo a viva voz ¡yo lo prendo! y seguido de esto apareció otro pitito, el que compartieron nuevamente. Mientras fumaban y también después nadie hablaba, solo pensaban. Después de un Rato de estar callados pensando y antes de que alguien mas pensara en hablar, Víctor dijo a los demás:
“Yo les dije... fumarse uno te hace pensar "
Alguien comento:
“si tenias razón, lo bueno es que queda uno "
Luego de percatarse Ricardo de que el ultimo ya no estaba y de exclamar ¿Que paso con el pitito? se halló mirando nuevamente una de sus replicas buscando algo nuevo.
Luis le dijo a Ricardo:
“seguro que fue Víctor "
A lo que Ricardo contesto:
“déjalo es un muy joven "
Después de asentir Luis se halló entonces mirando por la ventana.
Víctor hace ya un rato había salido.
