16 de marzo de 2009

Sobrecarga de mineral

Cuando mas brillante te percibo, termino cegado,
sin sentido y afectado del calor.

Quitame no solo el sentido sino también la fe
o prefiero contar con apetito y sed.

Tu oro me desorienta y tu luz me perpleja,
tu nieve me cubre hasta la cordura.

Los arboles te recuerdan bailando y jugando,
las nubes te siguen y el sol te mira.

El agua de todos los ríos afluyen a ti, no esperan para beber,
todos sacian su sed, las aves y los demás animales.

Concentrada de flores, blancas, rojas y amarillas,
respeto y me cuido de tus dones que menoscaban.

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