Queridas y queridos retoños, espero verlos crecer todo lo que quieran, cuidare de ustedes y los nutriré todo el camino, sus frutos acreditaran el respeto por todos.
Su camino aunque probablemente pálido, estará lleno de colores, los que nos abrazaran y retroalimentaran nuestra fe.
Los espero tendidos y seguros, junto a nosotros y asegurando nuestra compañía, respiren todo lo blanco, terminen con nuestro cansancio.
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