Santo deseo, saciar el hambre y la sed, no debería ser de costar y lamentablemente la niñez pasará, la cordura teñida de tibia arrojada en nuestro pecho nos ha enseñado desde el cielo que la basura pega.
Ni bien colorear justicia sin Dios en esta vitrina, teme sólo a tu sombra.
Un bezo grandote en la guatita y despierta y así la vida entera.
Toda una vida en una guatota.
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